Hoy
quisiera inaugurar una sección en el blog la cual voy a bautizar con el nombre
de “Ciudades especiales”. Ésta no va a ser seguida, entrada tras entrada,
sino que la intercalaré con otros post que vaya subiendo. Tratará sobre
ciudades que guardan alguna característica o rasgo que las hace especiales,
diferentes. Cada vez que encuentre una nueva intentaré darla a conocer en el
blog.
Dicho
esto, comencemos con la primera de las elegidas: Nördlingen, Alemania.
Esta localidad de la región de Baviera de poco más de 20.000
habitantes y cuna del exfutbolista alemán Gerhard Müller, tiene la
particularidad, a parte de su perfecto casco medieval, de estar enclavado en el
fondo de un cráter de meteorito. Hace unos cuantos millones de años, 15
concretamente, una piedra del espacio dejó una huella de 25 kilómetros
fácilmente identificable con imágenes satélite.
Imagen 1: Área de Nördlingen. Contorno aproximado del cráter de diámetro 25 km.
Fuente: Google Earth.
En el centro, justo en el redondeado fondo de la depresión –allanada con el paso
del tiempo, la erosión y la sedimentación- nació una ciudad cuya muralla se
adaptó a la circular forma.
Imagen 2: Detalle del casco antiguo de Nördlingen.
Fuente: Google Earth.
Escenario de dos batallas decisivas en la Guerra de los Treinta Años que le costaron el declive al que se sometió tras su hegemonía medieval. Hoy en día vuelve a tener cierta importancia gracias al desarrollo industrial a partir de la mitad del siglo XX que ingeniosamente se planificó para no afectar a su inalterado casco antiguo. El resultado hoy en día es una pequeña ciudad, activa, con un centro histórico como núcleo de la vida local, turística y, lo que más me ha llamado la atención, en el fondo del cráter de un meteorito.
Imagen 3: Ciudad de Nördlingen. Perspectiva inclinada.
Fuente: Google Earth.